lunes, 18 de mayo de 2009

No quiero caer, no quiero darme por vencida. Pero el dí­a es tan largo, tantas horas, tan poco sueño, tan pocos sueños. Me duelen los huesos de temblar lejos de tus manos, la esperanza se me pierde cada vez que miro un calendario y veo nuestras vidas al margen de nuestra vida. No quisiera rendirme. Pero tengo perdida la esperanza, sin fe en la palabra regreso, me pesa el corazón y me escuecen los ojos. Estos dí­as están siendo complicados. Tengo sed, tengo frío. Estoy asustada. Tengo una pistola. Los aviones vuelan demasiado deprisa en dirección opuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario